Son tantas y tan diferentes
todas las personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida,
que todavía no puedo comprender al género humano.
Todas esas personas que aún están en busca de la realización
de sus sueños, aquellas que todavía están buscando sueños.
Las que luchan por encontrar una verdad en su destino,
y también las que no han encontrado siquiera un ásomo de él.
El hombre amable y bondadoso,
que presta su mano desinteresadamente, y siempre es mal pagado.
O el otro, que al contrario, dá a todos la espalda y se ríe de ellos.
A todos aquellos que sacrifican su propia identidad, en medio de una sociedad fría y hostíl,
que se ahogan en la mediocridad por ser lo que los demás dictan.
Porque todos tenemos un lado blanco y otro oscuro,
y de todos ellos he aprendido algo,
algo que me ha enseñado a no cometer el mismo error dos veces.
A pensar antes de entregar la confianza en alguien.
A vivir la vida de la mejor manera posible,
tomando de ella lo bueno que me ofrece y haciendo lo malo a un lado.
Vivir y Ser uno mismo, por uno mismo.
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