martes, 13 de septiembre de 2011

Tu misión fue ser mi amigo.


Siempre he creído q todos tenemos una misión aquí en la tierra.

Yo todavía no sé cuál es la mía, pero definitivamente la tuya fue: Ser mi Amigo. Aunque si lo pienso mejor, tu misión fue: Ser Amigo. Porque fuiste amigo no solo mío, sino de todos los q te conocieron.
No sé q tenías pero a todos caías bien. A jóvenes y no tan jóvenes. Hombres y mujeres. Supongo q x ser simplemente tú, sincero y directo, sin medias tintas. Siempre alegre, siempre bullanguero. Siempre Arturo Juárez, el Cautín. Nunca dejaste a nadie atrás, en el camino.

Te conocí cuando nos mudamos a Jolimar, un edificio q quedaba muy cerca al taller de la familia pero q al principio, y en pleno inicio de mi adolescencia, no me agradaba mucho. No era la mitad de bonito ni tenía las amistades q tenía en Vista Alegre o en Caleta, pero había muchos niños y niñas de nuestra edad, y todas esas familias más tarde se convertirían en parte de la mía.

Fuiste el primer amigo hombre q tuve y contigo aprendí un poco a descifrar tu género. Largas horas en el teléfono hablando tonterías hasta quedarme dormida con el teléfono en la mano, o simplemente compartiendo rebanadas de jitomate con sal y limón.

Aunque ser adolescente no fue fácil, nuestra amistad hizo más placentero el viaje; cuando nos peleábamos, tan orgullosos los dos, a ti se te olvidaba y me hablabas y yo te ignoraba y después te acordabas q estábamos “enojados” y me ignorabas también, y así era siempre. O cuando empezamos a enamorarnos tú de niñas y yo de niños, yo me ponía celosa de ellas y tú solo me decías: “y este güey q?”

Juntos vivimos muchas “primeras veces”, compartimos historias llenas de risas, con música y tragos, nos contamos de amores y desamores, vivimos aventuras q nadie más conoce, y nos guardamos secretos tuyos y secretos míos q nos llevaremos a la siguiente vida.

Mi casa fue tu casa y la tuya fue mía también. Fuimos cómplices y confidentes, fuimos más q amigos, más q familia. Nunca he tenido a otro amigo como tú y nunca nadie podrá ocupar tu lugar.

Sé q te voy a extrañar mucho Arturo, ahorita no te extraño, ahorita me dueles.
Ahorita el pensar en ti hace q me duela la garganta, la cabeza y q no pueda dormir.
El pecho me arde cuando pienso en q ya no volveré a escuchar tu voz.
Y cuando pienso q ya no puedo llorar más, la mirada me traiciona al comenzar a nublarse nuevamente.
Me siento cansada física y emocionalmente, y no me sentía así desde q se fue mi mamá. Y aquí vuelvo a recordarte, esperando afuera de la funeraria a q yo llegara a despedirla.

Y hoy q eres tú el q se va no puedo estar contigo para decirte adiós. Para decirte en persona q te quiero mucho, q te quiero un chingo, tal como te lo dije x teléfono hace una semana cuando te felicité x tu cumpleaños. Si yo hubiera sabido q sería la última vez q hablaría contigo no hubiera colgado nunca o hubiera grabado la conversación para escucharla una y otra vez.

No quiero dejarte ir ni siquiera ahora q no puedes leerme, pero espero volver a verte en algún lugar en otra vida. Xq esta amistad no termina aquí, esto perdura a través de la distancia, del tiempo, de la vida y de la muerte.

Te quiero y te llevo en mi mente y en mi corazón x siempre.

Wendy, tu amiga x siempre.

Postdata. Dame valor para poder hablar con tu mami xq yo sola no puedo.

2 comentarios:

  1. Amiga siento mucho por el dolor que estas pasando, animo que aun tienes mucho por que ser feliz,y algun dia como dices te reencontraras con las personas que se te adelantaron y veras que son felices y siempre estan cerca de ti.Te mando un gran inmenso abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Verito! Un abrazo igual para ti ;)

    ResponderEliminar